"Fat, sick and nearly dead" es el primero de tres documentales (y de los más reveladores) sobre cómo comemos. El vídeo centra su atención en la población estadounidense (y pensarás, claro en EE.UU. comen cualquier cosa y aquí comemos mejor... Te equivocas) y parte de una experiencia personal.
Un día y como inducido por una revelación, decide dejar de lado su alimentación habitual (perritos, pizzas, hamburguesas...) y comienza a tomar batidos de frutas y verduras.
El documental mezcla entrevistas realizadas en plena calle a completos desconocidos con datos sobre consumo y alimentación, y pequeñas dosis de entretenimiento con dibujos animados para explicar sus cambios emocionales y físicos.
Sé tu propio médico; El objetivo es conseguir, durante 30 días, recorrer Estados Unidos con una camioneta y una licuadora, bebiendo zumos vegetales, y animar a los ciudadanos a unirse a su plan (que al menos recomienda realizar durante 10 días sin descanso y sin tener ninguna titulación sobre nutrición y dietética) y observar, mientras tanto, su espectacular bajada de peso y lo más importante, su cambio psico-emocional y su fuerza vital.
¿Qué hacer cuando consigues un gran éxito tras el anterior documental? pues rodar la segunda parte. "Fat, sick and nearly dead. 2" nos muestra qué ha pasado en tres años con los antiguos protagonistas del film, aquellos que optaron por dejar su modo de vida y alimentación, y reorientar su vida a través de una buena y sana alimentación, mostrando sus impactantes cambios. No todo tiene su lado bueno y positivo. Según Joe, cambiar nuestra forma de alimentarnos lleva un sacrificio y un cambio emocional, y hay que estar dispuestos a seguir ese camino durante el resto de nuestra vida. Muchos, como se ve en esta secuela, han dejado los zumos y han vuelto a su peso, a consumir grasas saturadas y azúcares. El propio Joe, como él cuenta, de vez en cuando recae cuando sufre períodos de estrés.
Joe Cross abandonó su anterior estilo de vida y se reconvirtió, apostando por un estilo de vida más saludable. Lo que no convence de su primer y segundo documental es que se centra mucho en los problemas de peso. Su imperio hoy día se mantiene con sus películas, libros, venta de licuadoras por internet, charlas y conferencias por todo el mundo. Quizás el lado zen y autoconsciente (no dependiente) sería lo que más se echa de menos en el fondo, pero merece la pena verlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario