Hay veces en las que no solo deberíamos hablar de tóxicos en agentes
externos, en alimentos y cuidados e higiene. En ocasiones también podemos
tener a nuestro alrededor gente tóxica (emocionalmente hablando) que nos hace ser de otra forma, con malos pensamientos que nos envenenan y nos ocupan,
alejándonos de nuestro día a día, ese que queremos sin malos rollos
ni quebraderos de cabeza.
Por eso es importante tener una mente sana, equilibrada y serena, porque nos aportará paz y bienestar con nosotros y con los que nos rodean. Esa es la meta hacia la felicidad que tanto ansiamos conseguir en este camino de vida.
Tóxico es todo aquello que nos hace daño
Como todos, he tenido personas tóxicas en mi entorno. Algunas las he ido abandonando por el camino de la mejor forma posible, peor hay otras con las que sí o sí tengo que relacionarme tarde o temprano...
La empatía es algo que nos cuesta mucho desarrollar. Muchas veces las personas tóxicas no empatizan con el dolor ajeno, lo que nos lleva, como sufridores, a enfadarnos y a sentirnos mal.
En este juego no se trata de ver quién es mejor o quién tiene la culpa o por quién empezó todo. Lo imporante es aprender a querernos a nosotros en primer lugar y a intentar, por nuestro bienestar emocional, alejarnos de esa persona.
Por eso he querido escribir una carta a la que acudir en esos momentos en los que sientes que el grado de toxicidad está a punto de llegar al rojo vivo. Un reset emocional podríamos llamarlo.
Gracias. Gracias porque es cierto que del error se aprende.
Gracias por ayudarme a valorarme más a mí misma, a respetar mis pensamientos y mi estilo de vida, que yo elijo libremente.
Gracias. Gracias porque es cierto que del error se aprende.
Gracias por ayudarme a valorarme más a mí misma, a respetar mis pensamientos y mi estilo de vida, que yo elijo libremente.
Gracias por enseñarme lo que no debo hacer ni decir de ninguna manera cuando esté delante de otra persona.
Gracias por enseñarme a perdonar, a recapacitar y a entender los porqués.
Gracias por hacerme disfrutar de la vida.
Ojalá algún día puedas aprender a perdonarte, a quererte, a querer a los demás, a no sentir miedo, ni frustración, ni ansiedad, ni malestar y puedas llorar de dolor con un hombro amigo, sin echarle las culpas al mundo de todo lo que te pase. Ojalá puedas empatizar con tus seres, que te quieren pese a tu toxicidad.
Creo firmemente en la revolución personal, en la desintoxicación y en la reintegración de toda persona.
Gracias por enseñarme a perdonar, a recapacitar y a entender los porqués.
Gracias por hacerme disfrutar de la vida.
Ojalá algún día puedas aprender a perdonarte, a quererte, a querer a los demás, a no sentir miedo, ni frustración, ni ansiedad, ni malestar y puedas llorar de dolor con un hombro amigo, sin echarle las culpas al mundo de todo lo que te pase. Ojalá puedas empatizar con tus seres, que te quieren pese a tu toxicidad.
Creo firmemente en la revolución personal, en la desintoxicación y en la reintegración de toda persona.
Toda revolución empieza por uno mismo
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