Con la llegada del año nuevo la lista de
propósitos a cumplir se llena deseando terminar con satisfacción todo aquello
que añadimos.
Y es que con el paso del tiempo nos vamos dando
cuenta que por mucho que pongamos, es importante hacer un ejercicio de
reflexión sobre qué queremos pedirle a esa renovación mágica que nos otorga
cambiar el calendario.
Mi tiempo de lectura se ha visto reducido al
convertirme en madre, y los títulos de la estantería han pasado a estar
repletos de libros sobre crianza, lactancia, educación respetuosa, juegos en
familia... Muchos de ellos por falta de tiempo no he conseguido poder leer con la tranquilidad y curiosidad que se merecen, por eso, uno de mis propósitos para este nuevo año es terminar estos doce títulos, uno por cada mes. Y además, porque sino no tendría gracia ninguna, prometo escribir una publicación mensual de cada uno de ellos con mis impresiones y anotaciones personales ¿os parece?.
Enero: La crianza feliz, cómo cuidar y
entender a tu hijo de 0 a 6 años, de Rosa Jové. La autora de
"Dormir sin lágrimas" publicó este libro para ofrecer a las madres y
padres las pautas sobre cómo se van forjando nuestros hijos durante los
primeros años de vida y de la importancia de una educación y crianza basada en
el respeto.
Febrero: Aprender a educar, de
Naomi Aldort. Cualquier padre o madre está dispuesto a dejar de reñir, castigar
o amenazar si sabe cómo asegurarse de que su hijo crecerá aprendiendo a ser
responsable sin recurrir a estas dolorosas medidas. No se trata de controlar al
niño sin aplicar mano dura, se trata de una forma de ser y de comprender al
niño para que saque lo mejor de su interior, no por miedo sino por voluntad
propia.
Marzo: El cerebro del niño, de
Daniel Siegel y Tina Payne Bryson. Una guía para ayudar a los padres sobre qué
es lo que pasa por el cerebro de nuestros hijos en acciones cotidianas diarias.
Este libro se supone que nos sirve para entender comportamientos ligados a la
inteligencia emocional, desmitificando crisis y conflictos asentados
socialmente.
Abril: Disciplina sin lágrimas, de
los autores del libro anterior "El cerebro del niño". Tras leer su
libro de cabecera, me zambulliré en éste que presentan como el "mapa de
carreteras" para afrontar papeletas, tensiones y lágrimas, haciendo
hincapié en el fascinante vínculo entre el desarrollo neurológico del niño y el
modo en que los padres reaccionan ante la mala conducta de éste.
Mayo: Educar en verde, de Heike Freire. Ví este libro en la librería "Katakrak" de Pamplona (librería que recomiendo a toooodo el mundo por el fondo tan maravilloso que tiene), y tiempo después una amiga se presentó en la oficina con él en sus manos buscándole dueño porque lo había comprado por duplicado. La idea que pretende trasladar su autora es liberar a los niños y niñas de toda tecnología y de una vida pegada a las pantallas táctiles y devolverles a una infancia junto a la naturaleza.
Junio: Emocionario. Di lo que sientes, varios autores. El tiempo sosegado del inicio del verano me permitirá reconectar con mi niña interior y conocer y empatiza mejor con mi hija. Aunque es un libro que se vende para niños y niñas, creo que son muchos los adultos (padres, madres, maestras...) que se han atrevido a navegar por sus páginas, llevándose muchas sorpresas. Veremos a ver qué nos depara.
Julio: La imaginación y el arte en la infancia, de Vigotsky. Este psicólogo ya adelantó en 1930 con este libro uno de los problemas a los que nos enfrentamos como sociedad, la falta del desarrollo de la imaginación y de creatividad, poco potenciada desde la infancia. Muchas ganas de descubrirlo.
Agosto: Peligro, niños, de Francesco Tonucci. El conocido dibujante y psicólogo italiano retrató el diálogo entre niños y adultos en sus vidas cotidianas, en la familia, en la escuela, en la ciudad, en la sociedad... tan real que asusta.
Septiembre: ¿Quién educa a quién?, de Eulàlia Bosch. Comenzaremos el curso escolar con esta interesante pregunta, ¿quién educa a quién?. Este libro propone un cuestionamiento radical de la noción de educación concebida
como un fenómeno que tiene su lugar natural en la escuela y del que sólo
son garantes los maestros, una noción tan extendida y tan dañina como
la de que la salud es algo sólo compete al sistema sanitario y a los
profesionales de la medicina.
Octubre: Liberar la imaginación. Ensayos sobre de educación, arte y cambio social, de Maxine Greene. La editorial GRAO especializada en pedagogía y educación social nos presenta este libro que debería ser de lectura obligada para todo educador o adulto en contacto constante con niños. Este libro define magistralmente el papel de la imaginación en la
educación en general y en la educación artística, la literatura y el
contexto social y multicultural. Imaginar es atreverse a pensar que las
cosas pueden ser de otro modo. Ahí empieza no sólo el intrincado mundo
de la libertad sino también el del conocimiento y el del compromiso.
Noviembre: Juegos que unen, de Aletha J. Solter, son juegos que ayudan a solucionar los problemas de disciplina con
niños desde el nacimiento hasta los doce años, sin utilizar castigos ni
recompensas. El libro ahonda bajo la superficie de los conflictos
típicos abordando las emociones subyacentes que pueden conducir al
comportamiento difícil.
Diciembre: Familias modernas, padres e hijos en las nuevas formas de familia, de Susan Golombok. La editorial Siglo XXI nos ofrece con este ensayo una visión de la realidad más cotidiana, las diferentes formas de ser y estar en una familia.
¿Qué os parece mi lista de deseos? ¿alguna coincidencia? ¿alguna otra propuesta?
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