viernes, 12 de junio de 2015

Los padres: esos grandes desconocidos

Últimamente hemos tenido unas noches bastante "movidas" por lo que perdonadme por no poder actualizar el blog tanto como me gustaría. 

Maya está cambiando el horario del sueño. Estamos pasando de acostarnos hacia las 22:00 h de la noche, hora invernal, a las 00:00 - 00:30 h estivales, y con despertares de madrugada (con terrores nocturnos)... pero eso lo dejamos para otra entrada.

Esta mañana, mientras dábamos un paseo y a mi retoña le daba por dormir todo lo que no ha dormido durante la noche, me he cruzado con una vieja vecina que hace poco menos de un mes ha sido mamá primeriza. 

Casualidades de la vida, hace pocas semanas coincidí con otra conocida, que también ha sido recientemente mamá. 

Parece que esto es como cuando no tienes algo deseado y lo ves por todas partes. Desde que he sido madre, sólo hago que ver a mujeres paseando con sus bebés. Con sus bebés y con las abuelas al lado. Pero ... ¿dónde están los padres de esas criaturas?

Al novio- marido- pareja de aquella vecina, ni lo conozco, y me pasa con casi todas las mamás que veo. Y no porque tenga que conocer a toda la población de mi ciudad, claro está.

Cuando me da por pensar en un tema, frunzo en ceño y entonces me empiezo a plantear a la velocidad de la luz, todas las opciones. Hasta que llego a la conclusión, ¡¡¡tengo que escribir de esto en el blog!!!

Y hoy he pensado ¿Qué pasa con los padres?



Mi chico, cuando tuvimos a Maya, era hombre invisible. Del protagonismo que yo había tenido durante el embarazo, pasé a un segundo plano con el nacimiento, pero es que a él es como si se lo hubiera tragado la tierra!! 

Puede que la baja por paternidad influya, de modo social, a ver al padre como una figura- mueble, que está ahí, sale a buscar el pan cada día y regresa para mantener el bienestar de la unidad familiar.

Puede ser también por el hecho de que la mayoría de las parejas de hoy día tengan a sus hijos sin pasar previamente por el altar, y ello nos haga desmerecer la figura paternal, o incluso desconocerla completamente.

También, porque la mujer ha adquirido una gran independencia del hombre en esa idea antigua de matrimonio feliz con hijos (mujer en casa y hombre en el trabajo) y no tenemos por qué vernos paseando junto a nuestra pareja, o bien porque las parejas actuales gozan de otro tipo de libertades y permisos, impensables hace 40 años (tu cuidas a la peque y yo mientras acudo a un café con l@s amig@s...)


Sea cual sea, creo que de vez en cuando deberíamos pensar un poco más en el otro lado... en esa mitad de genes que tienen nuestros hijos, llamados padres.

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