Tras el parón vacacional navideño (que todos estábamos ansiando) vuelve la rutina. En nuestro caso, la vuelta a la normalidad nos está costando más de la cuenta, y eso que tenemos el comodín de la guardería, que parece que aviva más la sensación de plácido bienestar llamado "día a día". Un deseo que sólo se busca cuando el jolgorio se prolonga más de lo normal, y la resaca de nuestros cuerpos llega al tope máximo, lo que nos hace vivir en una rueda de dulce, alegría y felicidad constante de la que no sabemos muy bien cómo escapar. Parece mentira pero, ¡qué bien sienta la normalidad!.
Con eso de volver a programar el despertador y configurar las tareas para que no parezca que en tu casa solo viven estudiantes, los peques todavía no tienen el reloj adaptado para ese brusco cambio hacia la rutina. Más que nada porque no saben lo que van a hacer en cinco minutos; somos los padres quienes les indicamos qué y cómo hay que hacer en cada momento.
Hoy la alarma ha sonado puntual a las 08:00 h de la mañana para que toda la familia comience a prepararse para el nuevo día. La noche anterior Maya tuvo recelo de conciliar el sueño pronto, y como padres novatos que somos, le dejamos que jugase un poco más y conseguir, si así se cansaba y cogía el sueño antes. Craso error. Todos nuestros intentos, todo lo que anteriormente nos había funcionado, dejó de hacerlo. Maya se había desvelado y si para un adulto es duro (pero oye te pones a leer a Dostoyevski o un documental de La2 y caes fijo) para un bebé de 13 meses, que no sabe dormirse sola, es la guerra. Y así acabó Maya 1 - papás 0.
Hablando con las mamás en la guardería a la hora de recoger a la peque, hemos estado comentando lo duro que se nos ha hecho la vuelta a la normalidad, y de cómo han pasado nuestros hijos estos días de Navidad (regalos, comidas, cenas, viajes...) Sé que para muchas la hora de dormir a vuestros peques se os hace un rato largo y duro, por lo que os voy a contar cómo hago yo para dormir a Maya, por si os puede servir de ayuda ;)
Lo fundamental en los bebés es tener una rutina establecida; no pretendas que tu hijo duerma la primera noche que intentes alguno de los consejos que dejo, si no está acostumbrado a este patrón.
Hace poco leí en un libro que para los bebés que empiezan a tener consciencia de quiénes son y quiénes son sus padres, la separación se les hace muy difícil de llevar, porque no saben si volveremos a los cinco minutos o nunca jamás (más arriba os comentaba que los peques no saben qué van a hacer siquiera cinco minutos después). Hay veces que cualquier cambio ocurrido en el día les hace temer la hora del sueño: entrar el guardería por primera vez, una cara nueva... Siempre he cogido a Maya de la mano para que sepa que mamá siempre está ahí, que puede dormir tranquila porque no le pasará nada, y es un vicio que comparte con abuelas o incluso con su cuidadora en la guardería. Hay padres que dejan al bebé con un peluche o trapo, que hace de las veces de mano protectora.
Normalmente, hacia las 20:30 h de la tarde, volvemos a casa
Entre las 20:30 y las 21:00 h es la hora del baño. A Maya el baño no le relaja, es un
momento de juegos y risas, pero creo que ella ya entiende que cuando vamos a la
bañera es porque se acerca la hora de dormir
A las 21:00 h le doy de cenar. Ni mucho ni poco, intento que no se
llene (porque luego le costará dormir si está empachada) ni que se quede con
hambre (porque a la hora se despertará queriendo algo para comer)
Entre la cena que le preparo está:
verdura o tortilla francesa o jamón
blanco + biberón
Si no se toma todo el biberón que le hago tampoco le insisto, ya
que con lo que ha comido antes se queda satisfecha
A las 21:30 h la acuesto en su silla de paseo, que siempre está en el recibidor, y
la mezo cantándole una nana y con la mano cogida, y en cinco minutos se suele
quedar dormida.
Espero un rato y la paso a la cuna, para que no le moleste el
ruido de los vecinos. Cuando nos vamos a acostar, la metemos en la cama donde
duerme con nosotros toda la noche, despertándose una vez para tomar bibe, todas
las noches.
Hace poco leí en un libro que para los bebés que empiezan a tener consciencia de quiénes son y quiénes son sus padres, la separación se les hace muy difícil de llevar, porque no saben si volveremos a los cinco minutos o nunca jamás (más arriba os comentaba que los peques no saben qué van a hacer siquiera cinco minutos después). Hay veces que cualquier cambio ocurrido en el día les hace temer la hora del sueño: entrar el guardería por primera vez, una cara nueva... Siempre he cogido a Maya de la mano para que sepa que mamá siempre está ahí, que puede dormir tranquila porque no le pasará nada, y es un vicio que comparte con abuelas o incluso con su cuidadora en la guardería. Hay padres que dejan al bebé con un peluche o trapo, que hace de las veces de mano protectora.
Estas son mis pautas, no las que debes
seguir. Recuerda que:
- un mal día lo tiene cualquiera, tu hijo
también
- puede ser, que aunque sigas un (TU)
ritual, una noche a tu hijo le cueste dormir; paciencia
- si a tu hijo le funciona otra cosa, no te
preocupes, sigue tu instinto, seguro que lo estarás haciendo muy bien
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